La evidencia científica que desacredita la teoría del génesis africano de la humanidad moderna es de conocimiento común entre los que están familiarizados con los últimos trabajos científicos sobre el Genoma humano, el ADN mitocondrial y el cromosoma-Y. Lamentablemente, dentro de la prensa y los círculos académicos, parece que hay una visible - y nos atrevemos a decir que - vacío intencional cuando se trata de la transmisión de las noticias de estos últimos estudios, y sus implicaciones obvias.
El historiador australiano Greg Jefferys explica que, "Todo el mito de 'Fuera de África' tiene sus raíces en la campaña académica de la década de 1990 para eliminar el concepto de Raza. Cuando estaba estudiando, todos ellos dedicaron mucho tiempo en la cosa de 'Fuera de África', pero ha sido totalmente refutada por la genética. La corriente principal todavía se aferra a esta."
Esto comenzó a principios de los años 90. Y los académicos más responsables de cimentar la teoría 'Fuera de África' y de la complementaria madre africana común ancestral - dado el nombre de "Eva" - en el ámbito público y casi todos los planes de estudio, fueron los profesores Alan C. Wilson y Rebecca L. Can.
A su defensa, los autores de este trabajo eran plenamente conscientes de que la genealogía no es en modo alguno vinculado a la geografía, y que la colocación de Eva en África era una suposición, no una afirmación.
Un documento muy reciente de los cromosomas-Y, publicado en 2012, (Re-Examinando la teoría "Fuera de Africa" y el Origen de los Europeoides (caucásicos) a la luz de la Genealogía del ADN, escrito por Anatole A. Klyosov e Igor L. Rozhanski) sólo confirma la denegación de cualquier ascendencia africana en los no-africanos, y apoya firmemente la existencia de un "ancestro común", que "no sería necesariamente de África. De hecho, nunca se probó que él vivió en África.
Central a los resultados de este amplio estudio de los haplogrupos (7,556) fue la ausencia de genes africanos. Así que lo faltante era la muestra de la implicación genética africana, los investigadores dijeron en su introducción que "el hallazgo de que los haplogrupos Europeoides no descienden de los haplogrupos "africanos" A o B, se apoya en el hecho de que los portadores del Europeoid, así como todos los grupos no-africanos, no tienen ya sea SNI’s M91, P97, M31, P82, M23, M114, P262".
Con los haplogrupos no presentes en ningún gene africano y la ausencia de decenas de marcadores genéticos africanos, es muy difícil, casi imposible en sostener cualquier vínculo con África. Los investigadores insisten en que su extenso estudio "ofrece evidencia para re-examinar la validez del concepto Fuera de África".
No ven ninguna prueba genética que justifique una precedencia de África en el árbol del Homo sapiens, y sostienen que "una interpretación más plausible podría haber sido que los africanos actuales y los no africanos, descendieron por separado, de un más antiguo antepasado común, formando así un tenedor proverbial".
Consideramos la afirmación de "una explicación más plausible" como un eufemismo, ya que no hay absolutamente nada plausible apareciendo en cualquier tubo de ensayo con Africa. De hecho, los investigadores hicieron nota de su ausencia reiterada, afirmando que "ninguno de los participantes no-africanos, de más de 400 individuos en el proyecto, dio positivo a cualquier de los trece sub-clados 'africanos' del haplogrupo A". La incertidumbre restante sólo queda en la identidad de este "más antiguo antepasado común". Todo lo que se puede afirmar con seguridad es que el ancestro de la humanidad no residía en África.
Acusaciones infundadas de racismo se han vuelto comunes a como la vigente hipótesis Afrocentrista constantemente está siendo desafiada por la creciente montaña de evidencia científica conflictiva, especialmente en el campo de la genética evolutiva.
Ahora es un hecho científicamente irrefutable de que se ha encontrado en la "especie humana" el contener una cantidad sustancial de ADN (por lo menos 20%) de otras poblaciones de homínidos no clasificados como Homo sapiens; como los Neandertal, Denisovan, Arcaicos africanos, Homo erectus, y ahora, posiblemente, incluso el "Hobbit" (Homo floresiensis).
Si no se le administra medicamentos para prevenir la mortalidad infantil, a una mujer embarazada con Rh negativo, esta ataca, trata de rechazar, e incluso matar a su propia descendencia, si se trata de un rhesus positivo.
El perro doméstico (Canis lupus familiaris) es una subespecie del lobo gris (Canis lupus), y producen híbridos.
Hay muchos otros ejemplos en los que dos especies separadas (por ejemplo, con diferente número de cromosomas) también pueden producir descendencia viable, sin embargo, se consideran especies separadas. Dicho esto, se ha demostrado a la humanidad el ser, genéticamente hablando, una especie híbrida, en la que no todos comparten la misma ascendencia de cazadores-recolectores de África.
La reciente secuenciación de los genomas antiguos, sugiere que el mestizaje comenzó entre los miembros de varios grupos parecidos a los antiguos humanos hace más de 30,000 años, incluyendo a un antepasado humano, que aún se desconoce. "Había muchas poblaciones de homínidos", dice Mark Thomas, genetista evolutivo de la Universidad Colegio de Londres.
Recientes estudios genéticos están dando titulares impactantes sobre cómo los antiguos seres humanos 'desenfrenadamente se entrecruzaron' y consintieron al sexo interracial entre especies con múltiples misteriosas sub-razas, en un mundo al estilo "El señor de los Anillos" de criaturas diferentes, incluyendo el misterioso ADN - no humano ni Neandertal, aún no identificado.
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