miércoles, 15 de noviembre de 2017

Hallan en China posibles restos incinerados de Buda


La inscripción de una urna de cerámica hallada en una aldea china reza que en ella yacen los restos de Buda Gautama.

A la hora de reparar las carreteras, los residentes de la aldea china de Gongchi, ubicada en el condado de Jingchuan, encontraron una urna de cerámica y estatuas de Buda. El hallazgo, ocurrido en diciembre de 2012, llamó la atención de los arqueólogos, quienes detallaron los resultados de su trabajo en el lugar en la revista Wenwu en 2016.

Los dos artículos han sido traducidos recientemente al inglés y han sido publicados en la revista Chinese Cultural Relics. El equipo de arqueólogos, dirigidos por Hong Wu, del Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Gansu, determinó que la urna podría tener más de 1.000 años de antigüedad.

Según la inscripción de la urna, el 22 de junio de 1013 dos monjes enterraron en ella los restos de Buda, también conocido como Siddharta Gautama, recoge el portal LiveScience.

"Los monjes Yunjiang y Zhiming de la Escuela Lotus, que pertenecieron al templo Mañjusri del monasterio Longxing en la prefectura de Jingzhou, reunieron más de 2.000 piezas de sarira [reliquias budistas], al igual que los dientes y huesos de Buda, y los enterraron en la sala Mañjusri de este templo", reza la inscripción.

También se puede leer que ambos monjes pasaron más de 20 años recolectando los restos de Buda y las reliquias. Además de la urna de cerámica, los arqueólogos hallaron más de 260 estatuas budistas enterradas cerca de los supuestos restos de Buda.

Las estatuas son de hasta dos metros de altura y fueron creadas en los tiempos de la dinastía Wei del Norte (entre los años 386 y 534) y la dinastía Song (entre 960 y 1279).

Los investigadores desconocen si las estatuas fueron enterradas al mismo tiempo que los restos incinerados y tampoco pueden asegurar si la inscripción es cierta y estos restos de verdad pertenecieron a Buda, quien murió hace unos 2.500 años.


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viernes, 3 de noviembre de 2017

Descubren una cámara oculta en la Gran Pirámide de Guiza


Es el primer descubrimiento de este tipo en esta construcción desde el siglo XIX.

Un grupo de investigadores ha descubierto una cámara oculta en la Gran Pirámide de Guiza, cuya función se desconoce, informa AP.

El gran vacío ha sido detectado en la famosa pirámide egipcia gracias al escaneo por radiación cósmica, registrando el comportamiento de partículas subatómicas muones que penetran la roca igual que los rayos X, pero de manera más profunda.

El vacío, de más de 30 metros de largo, es similar a la gran galería de la pirámide y se encuentra paralelamente por encima de ella, según un informe publicado en la revista 'Nature'.

El espacio hueco parece no estar vinculado con ningún pasillo conocido hasta el momento.

Es el primer descubrimiento de este tipo en esta construcción desde el siglo XIX, y es muy probable que despierte un gran debate arqueológico.

"Podría tratarse de otra cámara o de una galería, un conducto de ventilación o un fallo arquitectónico que fue sellado", comentó a Live Science la arqueóloga Monica Hanna.


La Gran Pirámide, también conocida como la pirámide de Keops, cuenta con tres cámaras conocidas: la cámara subterránea, la cámara de la reina y la cámara del rey. Están conectadas por varios pasillos, incluida la imponente Gran Galería, que mide 8,6 metros de alto, 46,7 de largo y 1 de ancho.

La Gran Pirámide de Guiza, cuya construcción se completó alrededor del 2570 a.C., está situada a las afueras de la capital egipcia, El Cairo. Es la más antigua de las siete maravillas del mundo y la única que se ha conservado hasta el día de hoy.


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jueves, 2 de noviembre de 2017

Significado de las flores del Día de Muertos



Uno de los elementos que caracterizan y dan colorido a la celebración del Día de Muertos en el país, son las flores, como por ejemplo el cempasúchil, la nube y el terciopelo.

Estas plantas solían ser abundantes en la región central del país desde épocas prehispánicas, se han colocado en las ofrendas de varias generaciones de mexicanos.

Sus pétalos y colores son especialmente distintivos del culto a los muertos en el país. La flor de muertos por excelencia, se sabe, es el cempasúchil, con nombre científico: 'Tagetes erecta', pero con denominación popular que viene de la palabra en náhuatl 'cempohualxochitl', que podría traducirse como: 'veinte flores' o 'de los cuatrocientos pétalos'.

El color amarillo que presenta evoca al Sol, que en la tradición azteca, se dice, guiaba las almas de los difuntos.

Así, los pétalos de esta flor solían usarse para formar un camino desde la puerta de la casa hasta el altar de muertos, para que los espíritus de los seres queridos lo pudieran encontrar.

Ya en el altar, los pétalos también se distribuyen y la combinación de los pétalos amarillos y naranjas, realizan una decoración característica de estas fechas.




Cabe mencionar que los antepasados, conocedores de la herbolaria, también utilizaban el cempasúchil de forma medicinal, para aliviar cólicos y combatir parásitos intestinales.

Además de que puede emplearse también, como abono orgánico que combate las plagas de otros cultivos, especialmente la que ataca al tomate.

Lo que respecta a la flor 'Gypsophila murales', nombre científico de la mejor conocida 'nube', cuyo color blanco en la ofrenda simboliza la pureza, suele ser utilizada desde hace siglos en diversos arreglos como flor secundaria.

Esta planta también existe en color rosa y suele durar hasta un mes después de su recolección. A nivel industrial, se aprovecha para elaborar detergentes y expectorantes.

Mientras que 'el terciopelo', con nombre científico: 'celosa cristata', se usa con fines astringentes, antibacteriales y depurativos, así como para el tratamiento de enfermedades de la piel, diarrea, fiebre y dolores de cabeza.

Esta es otra de las flores características de las festividades en honor a los difuntos en México. Se dice que tiene su origen en Asia pero, sus tonos blancos y rojizos ya se han adoptado en el país desde hace mucho tiempo atrás para adornar en esta época del año.




Las flores mencionadas anteriormente son las más comunes en una ofrenda de muertos, pero cabe señalar que, en distintas partes del país también se acostumbra poner otras, como por ejemplo al crisantemo, el clavel y las rosas.

A través de la historia, se sabe que en Mesoamérica hay gran aprecio por las flores desde siglos antes de la llegada de los españoles. Para las culturas de este territorio, la belleza de las flores, el jade y las plumas de quetzal era tan grande como la del oro.

Los aztecas acostumbraban emplear chinampas para cultivar y comerciar flores, método que aún en nuestros días puede observarse en lugares como Xochimilco, donde generaciones enteras se han dedicado a la floricultura.

Las flores son un elemento fundamental de las costumbres con las que se conmemora el Día de Muertos.