La revolución agrícola transformó la sociedad humana. La mayoría de los investigadores creen que la domesticación de animales y granos permitió a las pequeñas bandas de cazadores-recolectores expandir rápidamente sus poblaciones, establecerse, construir las primeras ciudades en Mesopotamia y el desarrollo de la civilización avanzada.
En la década de 1950 los arqueólogos desenterraron evidencias de inicios de la agricultura en Jericó, Israel, lo que llevó a los investigadores a creer que la agricultura surgió por primera vez en Israel y Jordania. Recientes evidencias genéticas de plantas silvestres y domésticas en los últimos años apuntan a múltiples orígenes de la agricultura, desde el suroeste de Turquía a Irak y norte de Siria. Sin embargo, la evidencia arqueológica ha sido escasa.
Pero en 2009, Nicholas Conard, arqueólogo de la Universidad de Tubinga, y sus colegas, desenterraron un Tel, o gran montículo, formado por un asentamiento humano permanente en Chogha Golán en las montañas Zagros, en el este de Irán.
El yacimiento contenía morteros y herramientas de molienda, figurillas de piedra y otras herramientas, lo que sugiere que un gran grupo social vivió allí en condiciones económicas relativamente estables. El equipo también encontró miles de ejemplos de cebada silvestre, trigo salvaje, lentejas y guisantes, en el lugar, constituyendo algunas de las primeras pruebas de la agricultura en el mundo.
Con base a los niveles de isótopos radiactivos, o átomos de los mismos elementos con diferentes pesos moleculares, el equipo estimó que el enclave estuvo ocupado casi continuamente hace entre 9.800 y 12.000 años.
Durante los primeros periodos los humanos simplemente reunían plantas silvestres, pero la evidencia de domesticación de cepas silvestres de cereales como la cebada y las lentejas salvajes emergió progresivamente en las capas medias del Tel. Al final del periodo, la gente había empezado a cultivar cosechas verdaderamente domesticadas como el farro, una forma temprana de trigo.
Chogha Golán refuerza la idea de que la agricultura surgió en varios sitios, pero exactamente cómo sucedió eso no está claro, dijo Mark Nesbitt, un etnobotánico y conservador en Kew Gardens, Londres, quien no participó en el estudio.
"Hay señales de contacto y amplias zonas a través de todo el Creciente Fértil", dijo Nesbitt.
Por ejemplo, la obsidiana de Turquía y las conchas del mar Rojo y del mar Mediterráneo se encuentran en todo el Creciente Fértil, dijo Willcox.
Así que es posible que las culturas tuvieran contactos y difundieran las tecnologías agrícolas aproximadamente en el mismo período de tiempo.
Otra posibilidad es que la agricultura surgiera en una región aún más remota en el tiempo y que, por tanto, el cultivo sea aún más antiguo de lo que estos asentamientos humanos sugieren, dijo Willcox.
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