En los acantilados de la montaña en Gongxian en la provincia de Sichuan, China, se encuentra un peculiar espectáculo, cientos de antiguos ataúdes de madera que cuelgan precariamente de la pared del acantilado. Algunos creen que fueron colgados en los acantilados para estar al alcance de los dioses, mientras que otros teorizan que era para mantener retirados a los animales de sus muertos. Durante los últimos dos meses los antiguos ataúdes colgantes han sido sometidos a la restauración y la estabilización, se intenta proteger estos artefactos notables de un daño mayor.
Algunas de las tumbas son de 3,000 años de antigüedad, las más recientes remontan a alrededor de 1,500 AD. Cada ataúd está hecho de un solo tronco de árbol ahuecado y protegido por una cubierta de bronce.
Según Cui Chen, director del Museo Yibin, hay tres tipos de ataúdes colgantes. Algunos están en el voladizo sobre estacas de madera. Algunos se encuentran en cuevas, mientras que otros están sentados sobre las proyecciones de la roca.
Pero estos extraños ataúdes colgantes han desconcertado a los expertos durante siglos en el sur de China, de hecho en todo el mundo. Algunos creen que los ataúdes debieron haber sido bajados con cuerdas desde la cima de la montaña. Algunos piensan que los ataúdes fueron puestos en su lugar con la ayuda de estacas de madera insertadas en la pared del acantilado como escaleras. Otros creen que se utilizaron escalas de asalto o andamios de madera. Sin embargo, los investigadores no han encontrado ni un solo agujero.
El proyecto para estabilizar y conservar los ataúdes colgantes ha celebrado sus desafíos, sin embargo, fue un esfuerzo que valió la pena ya que el equipo no sólo fue capaz de restaurar más de 40 ataúdes, sino que también descubrieron otros 16 que son más de 3,000 años de antiguedad, y tienen un gran significado histórico.
"Es un trabajo muy difícil el restorarlos, pero es necesario. En los últimos diez años por lo menos 20 de los ataúdes han caído y esto es algo que queremos evitar ", dijo el experto local Lin Chan.
La práctica de los ataúdes colgantes terminó con la misteriosa desaparición del pueblo Bo. Los que vinieron después de ellos sabían de sus tradiciones únicas por los objetos funerarios que dejaron como débiles ecos en los acantilados, su cultura antigua como la de los Mayas, ya no existe.
Síguenos
Página Facebook
No hay comentarios:
Publicar un comentario