miércoles, 26 de marzo de 2014

Agrupación de roca en el borde del Sistema Solar alude a la existencia del Planeta X

¿SUPER TIERRA en nuestro Sistema Solar? Un enorme planeta diez veces mayor que la Tierra puede estar orbitando el sol en el borde de nuestro sistema solar. El descubrimiento de un planeta enano junto con otros 900 objetos, que están orbitando en una formación similar sugiere que un planeta más grande, conocido como un Super Tierra debido a su tamaño, puede estar creando un efecto de pastoreo tirando de estos objetos alrededor de este.


Investigadores del Observatorio Gemini y Instituto Carnegie para la ciencia en Washington (EE.UU.) han descubierto un lejano planeta enano, llamado 2012 VP113 y apodado provisionalmente Biden, que se encuentra más allá del borde conocido del Sistema Solar. Probablemente, es uno de miles de objetos distantes que se cree que forman la región interna de la llamada nube de Oort.

Sin embargo, lo que es potencialmente mas interesante es que, los investigadores creen posible la presencia de un enorme planeta rocoso, tal vez de hasta diez veces el tamaño de la Tierra, que no se ve, pero que puede estar influyendo en la órbita de la nueva roca y de los otros objetos en esa zona del espacio.

El sistema solar se puede dividir en tres partes: los planetas rocosos como la Tierra, que están cerca del Sol; los planetas gaseosos gigantes, que están más alejados, y los objetos helados del Cinturón de Kuiper, que se encuentran más allá de la órbita de Neptuno. Después de eso, solo se conocía la órbita de un objeto, Sedna. Pero el recién descubierto 2012 VP113 tiene una órbita que se mantiene incluso después de la de Sedna, por lo que es el más lejano conocido en el Sistema Solar. "Este es un resultado extraordinario que redefine nuestra comprensión de nuestro Sistema Solar", dice Linda Elkins- Tanton, directora del Departamento de Magnetismo Terrestre en Carnegie, cuya investigación aparece publicada en la revista Nature.

El objeto 2012 VP113

Más grandes que la Tierra
Los científicos creen que pueden existir alrededor de 900 objetos con órbitas como Sedna y 2012 VP113 con tamaños mayores a 1.000 km, y que la población total del interior de la nube de Oort interior es probablemente más grande que la del cinturón de Kuiper y el cinturón principal de asteroides.

"Algunos de estos objetos en la nube de Oort podrían rivalizar con el tamaño de Marte o incluso con la Tierra. Esto se debe a que muchos de los objetos de la nube de Oort interior son tan distantes que incluso los grandes serían demasiado débiles para ser detectados con la tecnología actual", dice Sheppard.

De hecho, los investigadores creen que puede existir un cuerpo masivo desconocido que puede estar influyendo en otros objetos. Una supertierra rocosa o un objeto aún más grande a cientos de UA podrían crear el efecto de "pastoreo" que se ve en las órbitas de estos objetos, que están demasiado lejos para ser perturbados significativamente por ninguno de los planetas conocidos. Un mundo así no habría sido notado por el Wide-field Infrared Survey Explorer de la NASA (WISE ), el que recorrió la zona hace un par de años en busca del elusivo Planeta X, ya que no genera suficiente calor para que el telescopio lo notará.

Hay tres teorías que compiten por explicar cómo podría haberse formado la nube de Oort. Una de ellas es que un planeta errante podría haber sido arrojado fuera de la región de planetas gigantes y podría haber arrastrado objetos del cinturón de Kuiper al interior de la nube de Oort en su camino. Este planeta podría haber sido expulsado o seguir todavía en los confines del Sistema Solar. La segunda teoría es que un encuentro estelar cercano podría poner objetos en la región interior de la nube de Oort. Una tercera teoría sugiere que los objetos del interior de la nube de Oort son capturados por planetas extrasolares de otras estrellas que estaban cerca de nuestro Sol en su grupo de nacimiento.

La nube de Oort exterior se distingue de la nube de Oort interior porque en la primera, que comienza a alrededor de 1.500 AU, la gravedad de otras estrellas cercanas perturba las órbitas de los objetos, haciendo que sus trayectorias cambien drásticamente en el tiempo. Muchos de los cometas que conocemos eran objetos que fueron alterados de la nube de Oort exterior. Los del interior no están muy afectados por la gravedad de otras estrellas, y por lo tanto tienen órbitas más estables y primordiales.


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